Nueva Ley del Deporte, una apuesta por la igualdad real

El 17 de diciembre de 2021 el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de la Ley del Deporte Español. Se trata de una propuesta legislativa, impulsada a través del Consejo Superior de Deportes, que pretende, por un lado, actualizar la situación jurídica de la actividad física y el deporte adaptándola a la actualidad y, por otro, eliminar las desigualdades existentes en este campo. La actual Ley del Deporte data de 1990 y en ella el deporte femenino ni siquiera está reconocido.

Con este anteproyecto se quieren regular todos los aspectos deportivos competencia del Estado pero, para ello, se ha realizado una labor de coordinación y cooperación con las Comunidades Autónomas y de participación con las Entidades Locales.    

Su eje fundamental es el principio de igualdad real tanto en el acceso a la práctica deportiva como a los puestos de carácter técnico y directivo, y establece medidas para que se equilibre la presencia de las mujeres en los órganos directivos de las entidades tanto públicas como privadas. También obliga a las federaciones a poner en marcha una comisión de género que deberá realizar un informe anual de igualdad y un protocolo de prevención y actuación en casos de acoso sexual o por razón de sexo, de discriminación o de abusos.

En la nueva Ley y en su apuesta por la igualdad tienen cabida también las personas LGTBI y las que padecen algún tipo de diversidad funcional, pero es el artículo 4 el que se centra en las mujeres y en sus derechos.

En este artículo se desarrollan diferentes aspectos que impactan directamente en los roles de género, al igualar en deberes y derechos a mujeres y a hombres. Huelga decir que en nuestra sociedad el deporte se ha considerado como algo propio del género masculino, quedando la actividad deportiva femenina en un segundo plano. En el imaginario colectivo son muchos los deportes que asociamos automáticamente con el género masculino, porque es lo que nos han inculcado y es lo que siempre hemos visto en los medios de comunicación. Dar patadas a un balón, correr o conducir un coche de carreras es cosa de hombres y si una mujer lo hace es una "marimacho". Solo unos pocos deportes se han considerado propios de la mujer, como la gimnasia rítmica o el aerobic y, si es un hombre el que baila, seguramente sea homosexual.

En este sentido cabe señalar que la nueva ley promueve la visibilidad de los eventos deportivos masculinos y femeninos en los medios y hace hincapié en que la imagen mediática de la mujer no se cosifique y en que se eviten en todo caso los estereotipos sexistas.


En cuanto a los recurso, señalar que con esta ley se intenta reducir la merma de derechos de las mujeres al quedar embarazadas porque, además de no perder el voto en las federaciones, mantendrán su condición de deportistas de alto rendimiento y, por lo tanto, su derecho a percibir ayudas y subvenciones, aunque no hayan competido.  También establece la obligatoriedad de otorgar las mismas cuantías en los premios en toda competición que haya recibido dinero público.

Como ya he señalado anteriormente, en este anteproyecto se aboga por la igualdad real en el acceso a los puestos técnicos y directivos, siguiendo la Ley 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que establece un porcentaje mínimo de representación femenina en estos puestos del 40%.

Gracias a esta ley, todas las mujeres deportistas van a resultar beneficiadas en muchos aspectos, como en el reconocimiento e impulso de su figura y del deporte femenino, en las cuantías económicas que reciban, en las facilidades para conciliar y para reincorporarse tras la maternidad, en su presencia paritaria en los órganos directivos y técnicos, en la protección que les proporcionarán los protocolos de prevención y actuación que están obligadas a realizar las federaciones, o en el tratamiento que deberán recibir por parte de los medios de comunicación. Las mujeres deportistas estarán más reconocidas y protegidas y , por tanto, toda la sociedad española resultará también beneficiada de alguna manera.

Para finalizar, mencionar que todos estos aspectos deben ser considerados como puntos fuertes de la nueva ley, porque están basados en el principio de igualdad y proporcionan una protección jurídica fundamental para que las mujeres deportistas se sientan más reconocidas, respetadas y seguras. No se puede negar que es una ley muy integradora y que reconoce todas las actividades y entidades deportivas. Sin embargo, como punto débil, señalaría que se centra en el deporte de competición, sin incidir demasiado en el deporte infantil, que es donde se gestan muchas de las desigualdades futuras. La educación tanto de los niños, como de los padres y los entrenadores debería jugar un papel más relevante en ella.

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